La importancia de hidratarse al hacer ejercicio radica en su ayuda para regular la temperatura corporal, en la contracción y relajación muscular, en la lubricación de las articulaciones y en el transporte de nutrientes para la producción de energía.
Todos sabemos que es importante hidratarse en todo momento, pero quizás no sabemos bien por qué.
Lo cierto es que todas las células de nuestro cuerpo requieren de agua para poder funcionar correctamente.
Pero al hacer ejercicio y llevar nuestro organismo al límite, la necesidad de hidratarse adquiere otro nivel de importancia.
¿Por qué? Ahora te contamos.
Regula la temperatura corporal: la importancia de hidratarse al hacer ejercicio.
Es fácil darse cuenta que, al hacer ejercicio, cualquiera que este sea, nos sube la temperatura por el esfuerzo que conlleva.
Por lo tanto, hidratarse antes, durante y después de hacer ejercicio ayuda a regular y mantener una temperatura adecuada.
Mantenerse bien hidratado es fundamental para disminuir o prevenir el riesgo de sufrir un golpe de calor, es decir, un aumento rápido de la temperatura que, después, cuesta bajar.
Transporta nutrientes para obtener energía.
El agua cumple una función vital para todo el organismo: transportar nutrientes a órganos y tejidos del organismo.
Los nutrientes cumplen distintas e importantes funciones, como por ejemplo, producir energía.
Por lo tanto, aunque suene obvio, hidratarse al hacer ejercicio es fundamental para tener la energía suficiente que demanda la actividad que haces.
Darle importancia a hidratarse al hacer ejercicio puede ayudar a reducir o prevenir el riesgo de sufrir desmayos, mareos, fatiga, náuseas y vómitos.
Por otro lado, al estar deshidratado y no tener energía suficiente, el cuerpo usa las proteínas del músculo como fuente energética.
En consecuencia, se pueden producir dolores, calambres, contracturas y agotamiento, entre otros.
La importancia de hidratarse en la contracción y relajación muscular al hacer ejercicio.
En la contracción y relajación muscular intervienen nutrientes como el calcio, el sodio y el potasio.
Por lo tanto, como ya vimos, hidratarse es fundamental para el transporte de estos nutrientes y facilitar este movimiento muscular que aumenta al hacer ejercicio.
Asimismo, gran parte del agua del organismo está contenida en los músculos, y esta ayuda a lubricarlos para que funcionen correctamente.
En consecuencia, la importancia de hidratarse al hacer ejercicio radica en cuidar la salud muscular para prevenir lesiones y dolores.
Lubrica las articulaciones.
Las articulaciones son estructuras que, en resumen, permiten mover las distintas partes del cuerpo.
Asimismo, las articulaciones constan de diferentes partes, como por ejemplo, cartílagos, ligamentos y tendones, entre otras.
El agua ayuda a lubricar estas estructuras, por lo tanto, hidratarse al hacer ejercicio cobra mucha importancia para facilitar el movimiento y prevenir que el esfuerzo provoque desgaste y lesiones, como la rotura de ligamentos y tendinitis, por ejemplo.
La importancia de hidratarse al hacer ejercicio va más allá del rendimiento.
Es cierto que la deshidratación afecta el rendimiento físico y que esto es algo que ningún aficionado al ejercicio quiere.
Pero como vimos, la importancia de hidratarse va más allá, ya que no solo afecta el rendimiento al hacer ejercicio, sino que también puede dañar la salud.
Además de lo que mencionamos, la deshidratación puede provocar riesgo vital, sobre todo al hacer ejercicio intenso y con mucha frecuencia.
Asimismo, la hidratación también pasa por una alimentación saludable y balanceada.
Los vegetales y las frutas contienen una gran cantidad de agua, la que puede complementar la cantidad que ingieres a través de los líquidos.
Por otro lado, para que lo sepas, la mejor fuente de hidratación es el agua. ¿Y las bebidas isotónicas? Solo se recomiendan cuando el ejercicio es de intensidad alta y por más de 1 hora.
No todos los dolores son por deshidratación.
Por todo lo que vimos, hidratarse correctamente puede ayudar a prevenir lesiones.
Pero en ocasiones, las lesiones pueden venir por malas posturas al hacer ejercicio, por sobrecarga, u otros factores.
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